miércoles, 3 de noviembre de 2010

Dos partidas, dos duelos, dos nuevos mitos???



En los últimos meses de este incognito y expectante año 2010, y con diferencia de algo más de 40 días, muchos argentinos y gentes de la más diversas nacionalidades, estuvimos, -aunque tal vez lo correcto sería decir aun estamos- conmovidos por la partida física de dos personas públicas que no mucho tenían que ver entre sí, excepto el hecho de que su obra y su accionar de toda una vida estaban destinadas a modificar las condiciones de dolor y sufrimiento de amplias franjas de la sociedad actual.
Un caso es el de Mario Rodríguez, conocido como Silo, un pensador brillante, fundador de un mensaje espiritual y a la vez social que abarca todas las esferas del quehacer humano, su predica en solo 40 años alcanzo vastas regiones del planeta, sin respetar condición social, creencias, ni aspectos culturales, es que su mensaje profundo habla de la superación del sufrimiento humano, y esto en si mismo explica lo anterior.
Para quienes y desde muchos años hemos tratado de profundizar en sus enseñanzas, el amargo sabor de su pérdida física rápidamente fue superado por la convicción de la existencia de una vida después de la muerte, imagen fuerza que calma la angustia y abre el futuro que parece truncado por la desaparición del cuerpo y la presencia cotidiana.
El otro hombre que dejo este tiempo es mucho más conocido, el ex presidente de los argentinos Néstor Kirchner, fundador de un nuevo momento en la historia del país, al que podríamos llamar momento post neoliberalismo, en muy pocos años y después de la debacle, a partir del año 2003 Kirchner ensayo un nuevo proyecto con bastante éxito, una política económica basada en la independencia de los organismos como el FMI, apoyada en la producción industrial y en las alianzas con los países de la región, dieron un buen marco para recuperar el trabajo, los salarios y el consumo popular; a esto habría que agregar un armado político con otras fuerzas de centroizquierda, un duro combate con sectores de la economía concentrada y una política de derechos humanos como ningún país en el mundo había llegado a construir hasta el hoy.
Un poco por lo sorpresivo de ambas partidas, da la sensación de una pérdida antes de tiempo, como si tal vez estos hombres no hubieran visto plasmadas en la práctica toda su obra terminada, pero, a decir verdad tanto lo hecho por uno u el otro es continuado con fuerza y convicción por mucha gente que ha tomado en sus manos la tarea de darle continuidad al proyecto, haciéndose cargo para seguir construyendo, ya sin sus guías presentes físicamente, pero cada día mas presentes en lo interno de cada uno, iluminando el camino del quehacer cotidiano, y también el camino de los sueños más profundos.
La vida de estos hombres no tienen muchos puntos de contacto, pero para algunas personas como en mi caso personal y muchas más que uno conoce, que seguimos y admiramos la obra y enseñanza de Silo, pero también acompañamos y apoyamos la predica política y el proyecto político de Néstor Kirchner, hallamos puntos en común, comprometidos con un cambio personal y social que alentamos cada día.
Mucho se ha dicho y escrito desde siempre para referirse a los mitos, existen grandes mitos en la historia que refieren a expresiones religiosas, filosóficas, sociales y otros tipos de relatos míticos, estos mitos se van construyendo en el tiempo, a partir de experiencias humanas que van pasando de una generación a la otra, y que dejan un gran mensaje para ser interpretados, para ser aprendidos y enseñados, pero también para ser continuados y nuevamente “actuados” en cualquier momento futuro.
El Mensaje de Silo constituye desde ahora y hacia el futuro el gran mito del nuevo ser humano, libre de todo dolor y sufrimiento, el mito que supera el absurdo de la muerte, el mito que representa al ser humano bondadoso, sabio y compasivo.
El mito que posiblemente pueda encarnar Néstor Kirchner es otro mito, el mito social, el mito que libera a los más oprimidos, el mito que conlleva la igualdad y la libertad en un pueblo, el mito que estimula a cambiar las condiciones que producen dolor en una sociedad.
Estos mitos están en formación, sus personajes centrales ya no están en este tiempo y este espacio, el relato parece estar construyéndose, tomando cuerpo, sus obras se continúan, sus mensajes ya echaron a volar las grandes alas del Intento.