Creo que me despertó el estruendo, o el fulgor de potentes
luces que parecían entrar desde afuera por el ojo de buey, no lo sé
bien, el sueño profundo me había despojado de toda racionalidad y
ubicación temporal, seria aun la noche?, juzgue que si por el reflejo
lumínico, el barco volvió a moverse y pararse bruscamente, esta vez con
un crujido sordo y profundo, que pronto comenzó a mezclarse con un ruido
de sirenas y algunos gritos en otro idioma desconocido por mí, cuando
volvió la quietud lo primero que note fue que varias cosas del camarote
había caído al suelo, o mejor dicho que estaba casi todo revuelto, no
tarde en darme cuenta de la seriedad del asunto, por lo que después de
unos pocos minutos de silencio, decidí vestirme y salir al salón que
lindaba con la cafetería del barco, a ver si encontraba alguien que
pudiera darme más información de lo sucedido.
Al bajar ya estaban
la mayoría de los pasajeros en la amplia sala, la incertidumbre y hasta
un cierto temor había invadido a casi todos, trate de divisar a alguien
de la tripulación que nos pudiese dar algún detalle, pero fue en vano,
hasta el simpático mozo se había esfumado de su cómoda guarida, dejando
rastros del suave y reconfortante olor al buen café que servía
amablemente a cualquiera que se lo solicitara; cuando dos de mis
conocidos se me acercaron una voz ronca y casi de ultratumba comenzó a
hablar por el sistema de parlantes de todo el barco, era la voz
inconfundible del capitán, al que por un momento imagine tan confundido
como todos nosotros, “ estimados pasajeros, les habla el capitán del
barco, esperamos que estén todos muy bien, junto con mis colaboradores
debemos informarles que el barco a encallado en medio de un grieta de
hielo solido que no ha podido romper, no sabemos aun como la información
de los satélites no ha sido la correcta, no obstante estamos esperando
nueva información pero podemos decirles que el barco está bien, no
corremos ningún riesgo y si es como sospechamos en caso de que no
pudiéramos continuar el viaje está previsto que en 72 horas como máximo
puedan llegar los equipos de rescate para volver al puerto de salida,
pero no nos apresuremos, en tres horas tendremos algo de claridad y
haremos un nueva evaluación de la situación, por supuesto la
comunicaremos de inmediato, muchas gracias”.
Se hizo un silencio
extraño, nada estaba mal, sin embargo podría decirse que tampoco nada
estaba demasiado bien, a los pocos minutos nos empezamos a reunir en
grupos, y de nuevo el típico murmullo de la sala de fiestas del barco
que cobro vida nuevamente, nadie estaba dispuesto a volver a intentar un
nuevo sueño, el clima distendido de las charlas no podría ocultar, pese
a los esfuerzos, la preocupación y hasta un difundido temor que se iría
apoderando de todos con el paso de las horas, a favor de nuestras
ansiedades acudió el jefe de los mozos y su equipo de colaboradores, la
orden del capitán había sido breve y concisa, “que tomen lo que quieran,
esta vez la administración se haría cargo de los costos”, era una
amable invitación a distraerse y no generar mayores problemas que los ya
existentes.
No había pasado más de una hora entre cafés y ligeras
suposiciones sobre lo ocurrido cuando un mozo se me acerca
discretamente desde atrás y casi sorprendiéndome me dice que el capitán
quiere verme en la sala de conferencias en unos diez minutos, y que
acuda con un pequeños grupo de cinco o seis personas que sean de mi
conocimiento y confiabilidad, está muy interesado en comentarle algo que
por ahora prefiere no difundir a todos los pasajeros del barco, y con
un tono seco concluyo,- ni siquiera a la gran mayoría de los
tripulantes-, quede un poco aturdido, cuando quise girar el mozo ya está
a diez metros de mi caminando aceleradamente hacia una de las puertas
que llevada hacia la sala de manejo de la nave............
(continua...)
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